Mikkeler nace en el año 2006 en Dinamarca y en tan solo cuatro años ha conseguido que sus cervezas sean conocidas y muy respetadas en todo el mundo. La particularidad de Mikkeller es que elaboran sus cervezas en distintas cervecerías, es decir, sin instalaciones propias y siempre van rotando y utilizando las instalaciones de otras marcas de cervezas.
En diciembre pasado el “Centro de cata de cervezas” organizó una cata donde pude conocer algunas variedades de Mikkeller. La que voy a comentar a continuación es una Barley Wine madurada en barriles de Bourbon.
Para el que no conocer la variedad “Barley Wine” se trata de un estilo complejo. Nacida en Inglaterra se trata de una cerveza que se empieza a elaborar a partir del primer mosto de una maceración con un alto volumen de granos y era acondicionado en barriles de madera para madurar hasta que fuera consumido para alguna fecha especial o fiesta. Normalmente se utilizaba en celebraciones de la realeza. El nombre significa “Vino de cebada” en alusión al alto porcentaje alcohólico. En un primer momento las cervezas eran muy dulces ya que las levaduras no tenían una atenuación tan alta como hoy en día, por lo que el alcohol tampoco era tan elevado llegando a unos 8 o 9% de ABV en comparación a los casi 20% de la cerveza Mikkeller. El alto contenido de alcohol y una generosa cantidad de lúpulo aseguraba que la cerveza pueda madurar por un prolongado periodo sin dañarse. También era común algunas notas de brettanomyces (levaduras salvajes) por el reposo en roble.
Nótese en la imagen de abajo que la fecha de caducidad nos indica el año 2020, aunque lo más probable es que la cerveza aguante mucho más que eso.
La cerveza tiene un color cobrizo-marrón oscuro y opaco, turbio. La corona de espuma es de baja formación y baja retención debido a que la carbonatación también es baja.
En aroma es muy compleja y sobresalen matices de pasas y caramelo, no hay tanto grano y me pareció mucho más fuerte el perfil azucarado derivado del candy. La madera se presentaba de forma suave. También había bastantes especias como si se tratase de una cepa de levadura de inclinación belga. En boca como era de esperarse es muy untuosa y robusta, bastante sedosa y llenadora. En sabor se destaca el azúcar y un amargor fácilmente reconocible aunque tampoco es tan protagonista como en las variedades norteamericanas. En sabor siguen las notas azucaradas y falta algo de complejidad. Quizás haya algo de nueces y jerez pero el candy me lo tapó todo. El alcohol presente en todo momento logrando un trago pausado. El final es agridulce, fuerte y casi masticable.
No me gusto demasiado esta cerveza y creo que el problema estuvo en que estaba demasiado joven. La verdad que para mi gusto me falto sentir esa potencia del grano concentrado. Me parece que en este caso la buena reputación de la cerveza viene ligada a la buena reputación que tiene la cervecería en general.
Saludos!!
siempre probando cosas raras vos! grosa nota de cata edu. creo que me meresco ser parte del club de catas che!
ResponderEliminarsigue en pie el domingo al media dia?
abrazo.
El mundo ya no entiende de distancias. Soy un aficionado a la cerveza que, tomando esta Mikkeller en su copa, aprende de tu atinado comentario desde Barcelona. Gracias.
ResponderEliminarJodi, muchas gracias por pasar por el Blog!
ResponderEliminarSaludos desde Argentina.